LAS ARTES EN LA ÚLTIMA DICTADURA ARGENTINA (1976-1983): ENTRE POLÍTICAS CULTURALES E INTERSTICIOS DE RESISTENCIA
DOI:
https://doi.org/10.37334/eras.v5i2.118Palavras-chave:
artes, última dictadura argentina, políticas culturalesResumo
La última dictadura militar argentina fue un proceso complejo que articuló proyectos políticos, económicos, sociales, culturales y artísticos. Y si bien podemos decir que las ciencias sociales han avanzado mucho en el estudio de las prácticas de violencia física desplegadas por el Terrorismo de Estado, quedan aún muchas preguntas sobre los programas culturales que cristalizaron la dominación simbólica. Este artículo procura contribuir al campo de la Historia Cultural centrando la mirada en esa segunda línea de trabajo. El presente texto reconstruye y analiza el caso de una institución fundada por la dictadura: el Paseo de las Artes de la ciudad de Córdoba, segunda urbe de Argentina. A partir de allí podremos adentrarnos en ciertas características de la “política cultural” (MILLER & YÚDICE, 2004) desplegadas no solo en terreno cordobés sino también en Buenos Aires: ceremonias, objetivos (in)visibilizados, usos y representaciones asignados a la Cultura en general y a las Artes en particular. Conjuntamente, exploraremos singulares “intersticios de resistencia” (FOUCAULT, 1992) con los cuales algunos jóvenes artistas lograron preservar espacios para la libertad de expresión en un contexto autoritario de Estado de Sitio. El corpus documental de esta investigación comprende tanto fuentes escritas como testimonios orales. A la vez, desde un enfoque teórico interdisciplinario, sostenemos que el imaginario dictatorial defendía la existencia de una guerra integral contra el comunismo, una III guerra mundial que, desde su visión, se libraba tanto en planos materiales como espirituales. Así, junto a la fase destructiva que hizo desaparecer a aquellas personas e ideas consideradas subversivas, el régimen también desarrolló una acción constructiva que intentaba (re)fundar un orden social tradicional cimentado en la trilogía de Dios, Patria y Familia. En ese marco, las políticas culturales dedicadas a las artes fueron uno de los dispositivos de la lucha simbólica con la cual la dictadura intentaba conquistar mentes y almas de los sujetos autorizados a seguir viviendo.